Soy Mary y mi vida tal vez pueda ser rara para muchos. Yo tuve a mi hijo Nacho
cuando tenía trece años. Y fui mamá soltera, aunque mis papas me apoyaron, pero
tuve que aprender a mantenerme con mi hijo. Larga historia, con mi hijo hubo
mucha confianza desde el principio. Traté de que sea lo mas despierto posible. El
tuvo su despertar sexual demasiado chico, ni había pasado a la secundaria. Pero
yo siempre le hable de sexo como madre, que el preservativo, como se embaraza.
Y me contó cuando perdió su virginidad a esa edad. No es por ser mi hijo, pero
siempre fue guapito y me platicó como cogió con su maestra de sexto, una señora
gordita pero muy linda y grande de culo. Con lujo de detalles, no me enojé, al
menos perdió la virginidad con alguien que sabía.
Mi hijo se fue familiarizando con el sexo, ya que, con esa maestra y otra,
tuvo su primer trio. Al principio no le creía jajaj pero luego comencé a
observar a esas maestras y si noté que eran calientes. Nunca reclamé y las deje
ser.
Yo igual cada viernes me iba de antro y mi hijo ya sabía que me iban a
coger. El sexo no era tabo en la casa. En lo demás todo normal, una mamá
promedio con un hijo promedio.
Ahora bien, yo tengo mi salón de belleza y me va bien, pero no tanto como
quería. Y si una que otra vez me daban dinero por coger algunos amigos. En esos
tiempos tenía 24 años y ya con sugar, un señor casado, pero nada serio. vivíamos
cómodos, pero mi hijo iba en escuela de gobierno.
Donde vivíamos era un barrio donde había personas de dinero, como un doctor
que tenia cuatro terrenos juntos y construyó una clínica y su casa. Nosotros
que teníamos bonita casa, coche, pero éramos mas clase media. Y otros demasiado
pobres con casas de cartón.
Ahí entra a la historia Miguel o como le apodaban, Bimbo. El mejor amigo de
mi hijo ya que habían estudiado la primaria juntos desde el primer grado. Gordito
y chaparrito, pero de los mas pobres. Recuerdo que su casa ni puerta tenía,
solo una cortina. Iba en chanclas a la escuela y su mochila era una muy vieja.
Su mamá trabajaba limpiando casas y su papá un borrachito que murió tiempo después.
Como mejor amigo de mi hijo, se la pasaba en la casa. Lo invitábamos a
comer, jugaba con mi hijo videojuegos y en navidad le tocaba juguete para él y
para su hermanita de mi parte. Por eso su mamá me hizo su madrina, no soy católica,
pero era algo de la iglesia.
Pero fue creciendo y creo que su despertar sexual fue a la par que la de mi
hijo. Yo tengo unas tetas grandes y naturales. Me gusta andar escotada, y Bimbo
siempre viéndome el escote cuando me descuidaba. Una vez si le dije, Bimbo los
ojos de tu madrina están aquí, y el pidiéndome perdón jajaj. Solo me reí y le
dije, no te preocupes mi amor, pero todavía estas muy pequeño como para que te
gusten las tetas. Y el solo se reía.
Igual lo dejaba ser, el no sabía que tenía una cámara en un pasillo de la
casa que igual usábamos de lavandería. Luego ahí se veía como se masturbaba
tras la lavadora oliendo mis calzones usados. Y me encantó, admito que luego me
masturbaba tambien. Luego le dejaba mi mejor lencería a la mano, tanguitas y
calzoncitos de encaje.
Después comencé a bajarme un poco mas los escotes. Cuando me inclinaba se
me asomaba medio pezón. El Bimbo casi le daba su infarto no sabiendo si ver o
voltear. En casa igual teníamos una costumbre, yo siempre me despedía de beso
en la boca con mi hijo desde pequeño. Pequeño piquito de un segundo. Como Bimbo
era mi ahijado, igual desde pequeño me despedía o saludaba asi. Nada malicioso,
era mas de ternura. Pero esos dias cuando llegaba, los besos ya eran mas húmedos,
en ocasiones hasta de 4 segundos. En una ocasión hasta me dio una culpadita de
labio enfrente de mi hijo. Nacho no se enojó, solo bromeó diciendole ¡Calmaooo!
Solo fue un día que Bimbo llegó primero que mi hijo. Entró y se acercó a
saludarme en la cocina. Pero aquella ocasión el buscando mis labios. Lo hizo
despacito y lento y cuando me di cuenta, nos estábamos besando.
El era inexperto en eso, pero lo fui guiando. Succionando sus labios y el
los míos, y fue cuando me dijo ¡Madrina la amo! Me separé de él y le limpie sus
labios que le manche de labial. Le dije que estaba loquito, el ni siquiera había
cambiado de voz como para saber que era el amor. Y hablando como señor jajaja
me dijo que yo lo volvía loco, que no había dormido varias noches pensando en mí.
Le dije que mejor era poner distancia, no quería confundirlo más. Quiso besarme
nuevamente, pero lo alejé y me quité de la cocina, diciéndole que esperara a mi
hijo en la sala.
Fue como a los dos o tres dias no se. Que en la placita donde tenía mi
salón de belleza se nos fue la luz por un choque de coche en el poste. Como ya
no se podía trabajar, le di el día a mis dos chicas y me regresé a casa. Me
estacioné y entré y estaba Bimbo sentado en la sala como nervioso. Le dije hola
y el con la voz temblando. Entonces escuché gemidos en la habitación de arriba.
Le pregunté ¿es mi hijo que anda cogiendo? Y el no me quería responder como
queriendo tapar a Nacho.
No me enojé, le pregunté cuando llevaba. Me dijo que unos minutos, le dije
que se sentara y me senté. Prendí la tv y le dije, ponte cómodo que mi hijo se
va a tardar. Me preguntó ¿en serio no esta enojada? Le dije, no, el sexo es
algo natural mi amor. Es como si regañara a mi hijo por estar comiendo. Lo que,
si me parece feo, es que te deje cuidando y sufriendo, es como si estuviera
comiendo enfrente del hambriento.
Me dijo que él era virgen. Que no tenía fortuna con las chicas como mi
hijo. Al parecer mi hijo estaba cogiendo con una chica nueva en la escuela, que
apenas había conocido una semana antes. Me fui acercando y le dije, ven mi
amor, vamos a solucionar eso. Y comencé a besarlo en la boca, el tieso hundiéndose
en el respaldo del sofá de los nervios, me preguntó que pasaba con mi hijo. Le
dije que se iba a tardar.
Me saqué la blusa por arriba y me bajé el sostén mostrándole mis tetas. El
primero las acariciaba suave apreciándolas. Comencé a besarlo de nuevo,
mientras el me apretaba las tetas. ¿vamos a hacer el amor madrina? Me preguntó
y yo de si mi amor, vamos a hacer el amor. Se bajó a chuparme los pechos, como
bebito lamiando y succionando. Deje caer mi salivita en uno de ellos, y el
lamiando y chupando bien excitado.
Sentada en el sofá, le pedí que se parara encima. Cuando lo hice, comencé a
bajarle los pantalones. Su pene mojadito que dejó babita en el boxer. Con mi
lengua le rompí ese hilito de babita y comencé a chuparle la cabecita. El no
pudo evitar gemir mientras se la mamaba. Le apretaba las nalguitas mientras me hundía
todo su pene en la boca. Se la jalaba despacito por que no quería que se
corriera, el chico andaba bien caliente.
Me paré y me fui quitando la falda, quedándome con mi tanga negra. Lo senté
y yo me paré sobre el sillón, diciéndole, ¡huéleme esta tanguita tambien! Y le
hundí su cara en mi entre pierna. El lamiándome la tanguita, diciendo. Madrina
huele delicioso. Me encantaba que me dijera madrina.
Me prendí que comencé a restregarme la concha con calzón en su nariz. Lo
malo que el menso, mientras yo disfrutaba de su nariz en mi calzón húmedo, el
se estaba jugando su pene. Hasta que no pudo evitarlo y sacó un chorro de leche
que llegó hasta mis piernas. Y yo de mi amor, ya te corriste, sintiendo lo
tibio escurriendo.
Le limpie el pene con toallas húmedas. Pero le dije que yo quería seguir, asi
sentado con su cabeza reclinada en el respaldo, yo de pie subi una pierna en el
respaldo y comencé a restregar nuevamente mi calzón en su cara. ¡Si mi a mor,
saca la lengüita! Le dije, cuando lo hizo, me hice un lado el calzón y comencé
a untar mi conchita en su lengua.
Super delicioso, yo moviendo la cintura untando como loca mi conchita húmeda,
el con la cara mojada, pero excitado. ¿te gusta comerme la concha? Le pregunté.
El no podía contestar, prácticamente lo estaba asfixiando con mi puchita en la
cara.
Ya quiero tu pene mi amor, le dije y me bajé suavecito, de frente a él,
pasando mi concha en su pecho, panza hasta encontrar su pene erecto, donde
suavecito comencé a clavarme. El se pegó
a mis tetas como becerrito, mientras yo
me movía de adelante hacia atrás, sintiendo su pene dentro. Los dos mojados,
estaba delicioso.
Pero yo quedé un poco incomoda por que si estaba panzoncito jajaj. Solo me
quedó dar la vuelta y darle sentones con mi espalda a él. Me incliné un poco, apoyándome
en mis propias rodillas y comencé a darle las insertadas de su vida con mi concha.
¡Madrina! Gemía mientras me apretaba las nalgas. Yo golpeando su pene con
mi panocha, aplaudiendo. ¡Asi mi amor, quiero lechita dentro! Le decía aumentando
el ritmo de mis clavadas. Como que trataba de detenerme al sentir que se iba a
correr. ¡Madrina ya va a salir! Gritó, se nos olvido que mi hijo estaba arriba.
¡Sácalo mi amor, regálame tu virginidad! le dije. Sentí su lechita correr dentro
de mí. El gimiendo de placer, me levanté y limpié la concha con toallas húmedas.
Le di un beso y comenzamos a vestirnos. Yo me metí a bañar, ya no supe a
que hora se fue, ya que tomé una siesta. Pero en la cena, mi hijo me confiesa
que me vio cogiendo con su amigo. Le pregunté si le molestaba, me dijo que eso
no le enoja, lo que le enojó es que la chica que andaba con él, tambien nos
vio. ¡ahora dirá que mi mamá es zorra! Yo
me reí, diciendo y ella muy santa, cogiendo en la casa contigo. Hablamos y ya
quedamos bien, le dije a mi hijo que iba a seguir cogiendo con Bimbo.
Le robé su amigo a mi hijo, siempre que iba a la casa, subíamos a la
habitación a que me cogiera. Cogimos un sinfín de veces, creo que me regalo galones
de semen en ese periodo de cogedera. Según el, en ese tiempo nunca se
masturbaba jajaj ya que tenía mi conchita para descargar toda esa presión de
las hormonas adolescentes.
Le di hasta mi culo, juegos de disfraces, fantasías, lo enseñé a coger
rico. Cuando cumplió los 18 años se paso a vivir con nosotros. Hubo pleito con
su mamá que hasta entonces supo que éramos amantes. Lo malo que Bimbo nunca
tuvo novia por estar siempre conmigo. Claro que a cambio le presenté amigas
calientes que se cogió. Como dice la canción orgasmo o amor, y yo le regalaba
mas orgasmos, pero se perdía del amor.
Mi hijo ya no vive conmigo, pero Bimbo si, tenemos una relación complicada.
Casi de pareja, le llevo trece años. Actualmente el tiene 27 y yo ya en los
40s. Pero desde hace 16 años somos amantes.
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