1-ninfa-MICAELA los pescadores cogen rico.

 !ATENCION ESTE RALATO CONTIENE DESCRIPCION DE LLUVIA DORADA, POR SI NO ES DE SU AGRADO NO LEA!

Hola llámenme Micaela. Soy argentina y me case en mi país, mi esposo y yo venimos a Mexico por que el adquirió un restaurant de mariscos. Tambien nos mudamos a orillas de la playa, todo mientras estábamos recién casados. La casa sencilla por que se había invertido mucho en el restaurant. A lado había no se como se llama, un lugar de pescadores. Con los cuales mi esposo hizo negocios convirtiéndose ellos en proveedores de pescado fresco. Con el paso del tiempo se hicieron amigos.

El jefe de los pescadores era un señor gordito bien moreno quemado por el sol, pero dicen que buen pescador. Yo viajaba mucho por mi trabajo de modelo, pero siempre me enteraba que mi esposo se volvió borracho por culpa de los pescadores. Cada fin de semana bebían hasta perderse. Yo lo deje pasar por que no podía reclamarle. A sus espaldas yo era amante de mi jefe. En los viajes mi jefe me cogía delicioso, una vez hicimos videollamada con mi esposo, yo en la cama masturbándome para él, sin que supiera que mi jefe estaba frente viendo y masturbándose. Después de colgar mi jefe me metió la pinga hasta el fondo. Díganme puta, pero ser infiel es algo que me prende.

Cuando estaba con mi esposo, los pescadores me veían morbosamente cuando me miraban pasar. Al principio pensaban que eran gringa por que soy castaña pero siempre me pinto el cabello de rubia.

Entonces a mi esposo un día se le ocurrió ir en un pequeño tour en lancha y le pidió a don Reynaldo y Javier, dos pescadores que nos llevaran. Yo me puse mi bikini y con una hielera con un poco de agua, mucha cerveza y alimentos, asi salimos en el tour.

El lugar estaba hermoso, andábamos a orillas de la costa hasta que llegamos en medio del agua. No estábamos a mar abierto, se veía a lo lejos tierra. Ahí bajaron el ancla y comenzaron a enseñarnos a pescar con caña. Todo lindo, el paisaje, el sol, etc. Hasta me metí al agua a nadar. Pero mi esposo super ebrio, no se si era por la marea o brisa marina, pero se me emborracho rápido.  

Pero yo ya en confianza con los dos pescadores que me contaban de su vida. Eran casados con muchos hijos y me llamaban de usted. Y yo les dije háblenme de tú, soy mas joven que ustedes jajaja. Según ellos era por respeto. Pero ya con eso agarraron confianza.

Ellos fascinados viéndome las nalgas en tanga mientras me inclinaba a buscar las ultimas cervezas. Los pescadores no eran guapos, pero me encantaba que me morbosearan. Me pidieron disculpas por que querían mear, y yo les dije adelante. Y asi tapaditos se paraban en la punta de la lancha y echaban agua. Hasta que a mi me dio ganas de mear, para mi era mas difícil. Pero les dije que me ayudaran. Ellos bien puestos, los dos quisieron ayudar. Me baje el bikini hasta bajo los pies frente a ellos. Se quedaron mirándome la concha rosa, ¿nunca habían visto una concha rosa? Les dije jajaja dijeron que pura concha prieta, me dio risa lo que dijeron.

Me agaché a orillas de la lancha sacando el culito y la concha. Los dos me ayudaban, uno me agarraba de una mano y el otro de la otra quedando asi colgadita, bien cómoda hice la meada. Ellos no dejaban de ver como orinaba. Terminando me ayudaron jalándome hacia dentro de la lancha. Me limpie la conchita con una toalla húmeda que llevaba.  Ahí entramos en una charla de que los hombres no se secaban la pinga cuando orinaban.

Me preguntaron si a las mujeres les molesta que no se limpien después de la orinada. Le dije que sí, pero que a mi no, eso le daba un aroma mas rico de verga les dije. Les dije que me hubiera gustado tener una pinga como los hombres, es mas practico. Ellos cada momento sobándose el paquete, los andaba excitando solo con eso.

Hasta que uno dijo que iba a mear nuevamente. Le dije, me dejas probar ¿cómo se sentiría tener una pinga? Me dijo okey.

Le pedí que se ponga en posición como si fuera a orinar a orillas de la lancha. Lo hizo y yo me coloqué tras de él. Baje su short y con la mano le saque su pinga que ya estaba parada. Como yo soy alta y ellos bajitos, podía ver sobre sus hombros, le dije que podía mear. Soltó el chorro y yo agarrando la pinga como manguera direccionando jajaj. Hasta movia la verga para hacer ondas con el chorro.

Ya con los últimos chorritos, comencé a jalársela, su pinga quedó empapada bien rica junto a mis manos. Les dije que me encantaba la lluvia dorada jaja. El pescador aprovechó para darse la vuelta y agarrarme las tetotas. Me bajó el sostén del bikini y como desesperado comenzó a chuparme las tetas. El otro se acercó y me rodeo la cintura por detrás y bajo la mano metiéndomela en la tanga para agarrar mi concha mientras me besaba la espalda. Les dije que mi esposo podía despertar, y era cierto, el borracho de pronto despertaba y aunque no recordaba mucho, siempre le venía como flashazos. No quise arriesgarme.

Pero decidieron llevarme a una islita cerca. Durante el camino me manoseaban y yo a ellos. Eres un sueño, me decían. Como 10 minutos llegamos. Estaba chiquita la isla con muchos pájaros, ya estaba atardeciendo. Dejamos a mi esposo en la lancha y caminamos atrás de unos arbustos, en el camino me quite la tanga dejándola ahí y ellos la ropa incluyendo sus shores, desnudos los tres llegamos.

Uno de ellos dijo, espérenme me ando meando. Pero le agarré la mano y lo senté en una roca, le abrí las piernas y comencé a chuparle la pinga. El excitado  pero me decía que le de chance, que ahora volvía. Y yo bien caliente le dije ¡orínate con confianza bebe! Solo se me quedó viendo y yo jalándosela para estimularlo. Hasta que me hizo caso y saco su chorro tibio empapándome la cara. Sin parar de orinar, yo bajé a chuparle los huevos y lamiarle el tronco de su verga mientras me bañaba bien rico con sus orines. Yo ya tenía la concha babosa como ostra, no aguanté, lo monté clavándome en su verga mojada.

Me dirán puerca jajaj pero es mi fetiche. Igual oriné en su verga mientras la tenía dentro. Al pescador si le estaba gustando. Me chupaba las tetas y me metía su verga bien duro y yo gimiendo fuerte, hasta se me olvido que mi esposo estaba cerca.

Con mi concha, le exprimí toda la leche, el apretándome las tetas se sacudía del orgasmo. El otro pescador ni se me acercó, el no era de lluvia dorada. Respeté eso, pero fuimos y nos metimos al mar donde me enjuagué varios minutos. Me tiré sobre la arena y el pescador al fin se atrevió. Con una botella de agua purificada me limpio la concha por que tenia un poco de arena, se lavo su pinga y de misionero comenzó a metérmela subiendo encima de mi.

Que rico me cogía a orillas de la playa, yo con las piernotas abiertas recibiendo esa pinga morena. No dejaba de chuparme las tetas, hizo que me corriera delicioso, de nuevo estaba mojada, pero de jugos vaginales. Ya había oscurecido y el pescador sacó su verga y se corrió en mis tetas.

De nuevo entré al mar a bañarme, sorry por contaminar sus playas jajaj. Saliendo el otro me agarró de las manos y me puso en cuatro, de perrito de nuevo me cogía y el otro metía su verga en mi boca para que se la chupara. Lo bueno que estábamos lejos de la lancha, por que vi a mi esposo despierto de pie dentro de la lancha. No podía vernos por la oscuridad, Vi que se sentó, lo tenia vigilado. Por lo que dejé que los pescadores siguieran dándome rico.

Cuando ambos se corrieron nuevamente. Ya buscamos nuestras ropas y regresamos a la lancha. Mi esposo de nuevo dormido. Pero ya más calmaditos volvimos.

Con el tiempo no solo me volví la puta de esos dos pescadores, si no de otros más. Luego me encerraba en sus oficinas donde hasta entre cinco me cogieron. Los pescadores cogen bien rico. Incluso le quite la virginidad al hijo de uno de ellos cuando cumplió los 18 años. Mi esposo no estaba y lo metí a mi casa donde se la chupe, luego le di la concha y hasta el culo para que probara una hembra argentina.