La gringa Teffy una historia que nos llegó

 Hola, quiero contarles como me dieron la bienvenida en Mexico. Yo tengo 58 años y mi esposo tiene 65. Somos ciudadanos americanos y decidimos venir a vivir a Mexico ya que mi esposo se pensionó. Estamos en una zona modesta, no de mucho dinero, pero bonito, es una privada con seguridad y todo eso. Pero a mi siempre me ha fascinado la cultura mexicana, y aproveché que cerca de la privada como a 5min en coche hay un barrio típico mexicano según yo. Ahí voy a comprar en un mercado, en las mañanas venden comida mexicana para ellos normal, para mi algo nuevo jaja. Y encontré un hermoso parque enorme. Yo encontré un trabajo de traductora de documentos. Pero cuando llego a casa salgo a correr en ese parque como las 9:00 pm. A mi esposo no le digo por que es miedoso, el piensa que salgo a correr por la privada.

Un día corriendo vi que unos chicos jugaban futbol en una cancha que estaba ahí. Me fue a sentar para verlos jugar, me llamó la atención. Si se veían medio peligrosos jaja algunos tatuados hasta en el cuello, chicos de barrio. Pero me dio confianza por que había una señora con un bebe igual sentada en la banca. Hice amistad con la señora, luego llega su hijo uno de los que jugaban y tambien se unió a la charla. Luego la señora se fue y yo me quedé a seguir charlando con el chico mientras veíamos a sus amigos jugar.

Luego todos se acercaron, sudados, algunos sin camisa. Y me gusto verlos, tal ves por que eran diferentes. Para mi era como esos de las películas de chicanos, bien rudos, aunque la mayoría eran jovencitos. Uno estaba hasta rapado y con un tatuaje chico en la nuca.

Comenzaron a preguntarme muchas cosas de mi país, de que trabajo, etc. Me pidieron hasta mi numero y me dieron el suyo, me dijeron, cualquier cosa que necesite doñita, ahí nos llama. Cuando le dije mi edad no me creyeron, según ellos estaba bien conservada y le dije que tenia hasta dos nietos jaaja.

Asi hice amistad con ellos, ya iba a correr en ese parque mas tranquila, ya me conocían como doña Teffy. Una de esas noches ellos me dijeron que igual sabían jugar básquet bol. Fuimos a una cancha de basquetbol donde comenzaron a enseñarme a encestar. Desde la posición, como agarrar la pelota, etc. El tatuado de la cabeza que le dicen Psico, se me pegaba mucho al enseñarme. Casi siempre estaba sin camisa. Y me dice, una de 58 se fijaría en uno de 19. Yo le dije que estaba atractivo, seguramente sí. Otro llamado Ramón me pregunto si ya había estado con algún mexicano. Le dije que no, estaba casada y nunca le he sido infiel a mi esposo. Me dice, que lastima, una gringa como usted aquí en Mexico, se levantaría a cualquier mexicano. Mientras me decía eso, Ramón se me acercó igual sin camisa y sudado. Me puso nerviosa que mejor dije que era tarde ya me tenía que ir.

Otro apodado Chipotle me toma de la mano y me dice, no se vaya doñita usted nos gusta mucho. Y le dije que estaban muy chicos para decirme eso. Y uno dice, ya a estas horas casi no pasa nadie por aquí, vamos a portarnos mal. Me reí como esos jovencitos andaba calientes, Pero les dije que no iba a ser infiel a mi esposo. Y me contesta que no necesariamente sería infiel, solo véanos mastúrbanos jajaj. Y yo pensando que los mexicanos estaban bien locos. Tanto insistir no vi nada de malo solo ver, les dije ok.

Ahí mismo seis chicos sacándose sus miembros y comenzando a jalárselas en un rincón de esa cancha. Me encantó ver como se la jalaban, algunas grandes otros pequeños, pero bien calientes. Me dijeron chúpelos jaja les dije que no, el trato solo ver.  Uno a uno se vinieron, yo les di las gracias por el show y me regresé a casa mojada. Tuve que entrar a masturbarme al baño.

Varias veces los vi masturbándose, me gustaba verlos. Hasta que un día a Ramón se le ocurrió untar su pene en mis leggins. Me opuse, pero ellos insistieron que les dije ok. Era solo que ellos se acercaran y untar su pene en mi pero con ropa. Enfrente se puso Ramón y mojándome mis leggins enfrente y empujaba su pene para que fuera abajo en la zona de mi vagina. Por la tela y por la tanga se sentía rico, pensé que no iba a sentir nada.

Me dice, asi todavía no es infiel por que no hay cogida y yo dije totalmente de acuerdo. Chipotle se le ocurrió decir, mañana no traiga calzón, para untársela más rico sobre los leggins. No le contesté, pero lo pensé. Llegue esa noche con los leggins húmedos, me los quite y los olía mientras me masturbaba, un aroma a pene rico.

Le hice caso a Chipotle, no lleve calzón, tuve que hasta amarrarme una sudadera atrás y una blusa larga que tapara un poco por que se me marcaba la vagina. Ellos se emocionaron al verme, uno dijo trae un buen tamalote abajo jajaj. me gusto ese término.

Pero esa vez dijeron que fuéramos a otra zona del parque, era como un lugar de ejercicios, pero más aislado atrás de muchos árboles. Me sentaron en una banca, me pidieron que abra las piernas sin quitarme los leggins. Primero Psicho, sin camisa y sudado. Se subio encima y comenzó a untarme su pene de arriba hacia abajo, solo por los leggins no entraba, pero se sentía delicioso.

Comencé a mojar, les diré algo íntimo, hacia mucho que no lubricaba mi vagina tanto. Entre sus penes húmedos y mi vagina, parecía que me hice pipi. Hasta comenzó a transparentarse mi vagina y marcarse. Se veía abierta y Chipotle siguió untando como si quisiera meterla.

Comencé a sobarme el clítoris y a gemir. Lo estaba disfrutando, Chipotle se inclinó como a querer besarme jajaj yo hice un lado la cabeza y me atreví a decir besos no, recuerda soy casada. El se corrió manchándome todos los leggins, sus amigos lo regañaron tuvieron que prestarme una camisa para limpiarme.

Eso se repitió no diario, pero si frecuentemente. Mis amigos los chicos de barrio estaban deliciosos. La vida sexual con mi esposo se había apagado. Si cogíamos de vez en cuando, la pasamos bien charlando, es muy interesante. Pero esos chicos de nuevo me despertaban esa libido que tenía de adolescente. Me mojaba mas y me masturbaba constantemente.

Como estábamos en lugar público, normalmente ellos solo se bajaban el short. Casi siempre estaban sin camisa. Pero una noche en particular se quitaron todo quedando desnudos. Yo era la única vestida y estaba Ramón encima de mi como de misioneros untándome su pene, que me calenté tanto que comencé a chuparle sus pezones. Estaba sudado y saladito y el diciéndome que eso le prendía más. Su pene entraba poco con la tela de los leggins, si miraba como al empujar al menos la cabeza se metía. Ahora lo que paso yo pienso que es por tanto lavar los leggin en esa zona quedo muy sencillo. Pero cuando Ramón me abrió mas las piernas, se hizo una pequeña abertura. Al momento no me di cuenta, según el tampoco, pero yo sé que sí.

Por que comenzó a empujar justo en esa abertura como tratando de meter su pene por ahí. Yo chupando sus pezones cuando sentí que su pene entro en mi vagina bien rico. Mire hacia abajo y me estaba cogiendo, su pene entraba en el agujero de los leggins directo a mi vagina.

Y me dice, perdón se que no quiere, pero no puedo detenerme, esta usted tan deliciosa. Le dije, sigue no pares, me esta gustando mucho. Y ya estaba siendo infiel oficialmente, que me atreví a dejar que me bese la boca mientras me penetraba. Los demás vieron que ya estaba dando oportunidad de ser cogida jajaj, que uno acercó su pene en mi boca y comencé a chupar.

Luego no se quedaron con las ganas. Me pusieron de pie y me bajaron los leggins y Otro se sentó en una banca e hizo que me sentara encima. Estaba bien duro su pene, yo clavándome y otros sacándome tetas para chuparmelas. Les gustaron mis tetas, me dijeron que estaban grandes. Eran como las 11 de la noche. Mi esposo llame y llame a mi cel, pero no contestaba, estaba disfrutando el momento con esos mexicanos. Estaba bien mojada que hicieron que me corra.

Uno llamado José decidió cogerme de perrito sobre la banca. Incluso hasta perros callejeros se acercaron a vernos coger jaja. Ellos tiraban su semen en una pared, para no manchar nada mío. Chipotle decidió cogerme montada, el se acostó en la banca y yo me subí a clavarme. Otros me apretaban las tetas, me besaban, yo me sentía en una fantasia porno.

Cuando llegué a casa mi esposo me regañó, le dije que me puse a platicar con una vecina. Pero luego el me dijo que apestaba a vagina. Me puse nerviosa, era cierto esos chicos de tanto coger y mojarme, mi vagina olia a sexo. Le dije a mi esposo mas respeto, es una cosa que nos pasa a las mujeres con la edad que no controlamos fluidos jaja y me metí a bañar. Al menos es distraido, no noto el agujerito de mi leggins, lo tapé con la blusa larga.

Ya dejamos el parque y ellos ya me invitan a sus casas cuando están solos. Esos penes ya han penetrado mi vagina un sinfín de veces. De nuevo me siento viva, sexualmente activa, no pensé que de nuevo iba a tener otra racha sexual deliciosa, pero con ellos experimento mas cosas.




Comentarios

  1. Uy que rico, y que suerte tienes esos chavos, ojala sigas contando más historias.


    Saludos D.

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  2. Más gringas así y no las que están jode y jode que no quieren música, ni ruido ni mexicanos. Welcome to Mecsicou!

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  3. Alguien tiene el link del blog de las sirenas? Una vez lo tuve pero lo perdí, solo me acuerdo del blog de las maduritas, el cual abandonaron hace años.

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    1. Ya es privado, tienes que solicitarles el link a su correo ninfadjinclub@gmail.com

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