2 CARLY otra anécdota, el pandillerito

 

Hola de nuevo yo con mi segunda anécdota. Trataré de no dar tanto detalle, ya que vi que en la anterior alguien se quejo de eso. Pero es que es mi manía de detallar lugares y posiciones de muebles jajaj según yo para dar mejor panorama. En fin.

Les cuento. Mi esposo en esa época trabajaba incansablemente casi no estaba en casa. Un tiempo mi madre se vino a vivir con nosotros. Nos pareció buena idea, pues cuidaría de mis hijos, ya que yo tambien trabajaba. Yo despertaba desde las 4:00 am ya que mi primera clase era a las 7:00 am.

Pero mi santa madre (que en paz descanse) mis hijos le decían que era la abuela cool. Amistosa con todos, luego tenia ideas locas que a mis hijos divertía. Pues hasta los pandilleritos de la zona hicieron amistad con ella, le decían la tía. Al menos yo me sentía un tanto segura, ya que prometieron que cuidarían a la familia, en palabra de ellos, que por que la tía era chida.

Un día llego del trabajo, había patrullas rondando por todos lados. Mi madre afuera chismeando con la vecina. Creo que no me vio llegar, estaba entretenida. Me metí a mi cuarto, me quité la falda, blusa quedándome solo en calzones y brasier. En eso entra mi madre gritándome —¡tapate! —yo asustada agarre una toalla. Luego mi madre dice.. —¡y tu chamaco puerco! ¿Por qué no le dices que estás ahí? Y sale uno de los pandilleritos bajo la cama pidiendo disculpas. Yo si me enojé, pero mi madre me dijo que me calmara.

Resulta que la policía lo andaba buscando, y mi madre se le ocurrió esconderlo bajo la cama. Pues para calmar a los policías, hasta los hizo pasar tambien. El pandillerito pidiendo disculpas, pero le agradeció a mi madre por esconderlo. Bla bla bla no me expando.

Pues yo para ir a trabajar, ni había amanecido. Por lo mismo tenia caminar mucho para ir a una avenida donde pasaban taxis. Pero siempre donde había flujo de personas y luz. Sin embargo, podía cortar camino, había un pasillo que conectaba directo a la avenida. Pero nadie lo tomaba por que estaba oscuro a esa hora.

Resulta que gracias a la ayuda y por disculparse, el pandillerito se ofreció a acompañarme por ese pasillo. Me dijo que con él estaría segura, además que no se pasaría de lanza con la hija de la tía. Hasta mi madre me animó, para no estar caminando tanto por la mañana. Acepte su ayuda, me esperaba en la entrada del pasillo, caminábamos y todavía me esperaba mientras agarraba taxi o bus.

Las charlas con él, eran mas de chismes del barrio. Quien hizo esto, que paso con aquel, etc. Hasta que un día de la nada me pregunta. —oiga, ¿siempre usa esos calzoncitos de encaje? —me reía diciéndole —¿a poco no olvidas ese día? —me dice que no lo podía olvidar, que hasta hice que se le parara. Al menos era sincero, me dijo —Como le dije, no me pasaría de lanza con usted, pero eso no quita que le diga que ese dia me la jale recordando ese culo. —luego saco una risita traviesa.

Se me ocurrió preguntar ¿te imaginabas mi culo mientras te la jalabas? Y a lujo de detalle comenzó a relatarme como se lo imaginaba. Como en su mente me abria las nalgas y metia su verga lentamente. Y yo uff. Y me dice —ya me calenté, ¿no me muestra otro poquito? Y yo de —¿no que no te pasarías conmigo? —el se ríe, dice —¡es que ya tengo la verga que explota!

Le dije —solo poquito. —me levanto la falda mostrándole los calzones. Hasta dijo en voz alta —¡Puta madre que rico culo! —le dije que bajara la voz, Me jaló tras un árbol que estaba a un lado, con su celular comenzó a alumbrarme el culo. Le dije ya es suficiente, me iba a tapar de nuevo.  Pero se sacó la verga diciendo que le diera chance de masturbarse viendo mis nalgas.

Primera vez que veía un pene asi. No era tan largo, pero estaba demasiado gruesa, le dije ok, quería ver como se jalaba ese banano. Puso su celular en una como grieta de la pared para alumbrar. Con una mano comenzó a jalársela y con la otra acariciándome las nalgas. Se atrevió a hacerme un lado el calzón, diciendo que le encantaba el aroma de mi chocha y culo. Yo ya iba a llegar tarde al trabajo, pero no pensaba bien en ese momento.

Se inclinó a chuparme el culo, metiendo su cara entre mis nalgas. Sus dedos en mi panocha, hizo que me mojara. Luego dijo —¡no aguanto! Tengo que romperle esa panocha. Se fue acomodando para meterla, pero yo me tapé la vagina con la mano preguntándole si tenia condones. Pero me dijo “NEL” Me agarró las manos presionándomela contra la espalda. Me inclinó un poco contra la pared, y sin respeto comenzó a meterme el banano al fondo.

Una verga corta o larga no hace mucha diferencia. Pero con una verga gruesa se siente delicioso. Sentía como mi panocha se estiraba cuando entraba, una de las vergas mas ricas que me habían metido hasta ese momento. Comencé a gemir no fuerte, pero si rico. Ya comenzaba como a amanecer, al menos ya se veía mejor.

Le decía —¡apurale papi! No vaya a pasar alguien. Y el de —¡nel! Saben que aquí ando a veces y le dan la vuelta. El problema estaba en que, con más luz, ya podrían vernos del otro extremo del pasillo. Pero una caliente no piensa. Yo disfrutando esa verga ya me había corrido y el dándole mas duro. Luego al pandillerito no le molestó sentarse en el suelo asi sin poner nada. luego me jaló encima clavándome su verga en el culo. Ya Estaba bien lubricado, y pues yo tengo el culo ancho para los anales, las vergas entran rápido. Pensé que me iba a doler, pero no fue tanto. Si me dio pena por que no andaba preparada, admito que le manche un poco la verga.

Pero a el no le importo, seguía cogiéndome duro por el culo, diciendo que me estaba sacando la mierda. Me encantan los chicos marranos jajaja y el era uno. Ahí sentí toda su lechita inundándome el culo. Bien caliente todo, me dejo satisfecha el pandillerito.

Tuve que regresar a la casa, no llegue las primeras clases. Mi madre durmiendo ni cuenta se dio que volví. Luego ya iba preparada, hasta con un buen lavado anal. No lo volvimos a hacer en el pasillo, ya más cómodos nos íbamos a un motel que por cierto yo pagaba. Pero ese pandillerito me cogía como una verdadera puta.

Una ves tenia su verga dentro de mi culo, y me dice tengo ganas de orinar, le dije échamelo dentro. Me ardió un buen cuando sentí que se miaba dentro de mi culo. Luego asi de perrito, el siguió cogiéndome por el culo y yo me heche la lluvia dorada tambien. El excitado acariciándome la panocha mientras lo empapaba. Con el hacia cochinadas que con mi esposo nunca hacía.

Pues lamentablemente a los 6 meses de los encuentros, al pandillerito lo acuchillaron. No se sabe quién, tal vez rivales. Solo de pronto lo encontraron en un parque cercano tirado, y pues falleció en el hospital. Sinceramente me encule con ese chico, lloré hasta su muerte, pero ni modos.



Comentarios

  1. Chidas experiencias. Tienes u a forma de contar chida

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  2. De acuerdo, los detalles enriquecen el relato, tiene buena redacción maestra

    Roberto

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