Hola de nuevo yo con mi segunda anécdota. Trataré de no dar tanto detalle,
ya que vi que en la anterior alguien se quejo de eso. Pero es que es mi manía
de detallar lugares y posiciones de muebles jajaj según yo para dar mejor
panorama. En fin.
Les cuento. Mi esposo en esa época trabajaba incansablemente casi no estaba
en casa. Un tiempo mi madre se vino a vivir con nosotros. Nos pareció buena
idea, pues cuidaría de mis hijos, ya que yo tambien trabajaba. Yo despertaba
desde las 4:00 am ya que mi primera clase era a las 7:00 am.
Pero mi santa madre (que en paz descanse) mis hijos le decían que era la
abuela cool. Amistosa con todos, luego tenia ideas locas que a mis hijos
divertía. Pues hasta los pandilleritos de la zona hicieron amistad con ella, le
decían la tía. Al menos yo me sentía un tanto segura, ya que prometieron que cuidarían
a la familia, en palabra de ellos, que por que la tía era chida.
Un día llego del trabajo, había patrullas rondando por todos lados. Mi
madre afuera chismeando con la vecina. Creo que no me vio llegar, estaba
entretenida. Me metí a mi cuarto, me quité la falda, blusa quedándome solo en
calzones y brasier. En eso entra mi madre gritándome —¡tapate! —yo asustada
agarre una toalla. Luego mi madre dice.. —¡y tu chamaco puerco! ¿Por qué no le
dices que estás ahí? Y sale uno de los pandilleritos bajo la cama pidiendo
disculpas. Yo si me enojé, pero mi madre me dijo que me calmara.
Resulta que la policía lo andaba buscando, y mi madre se le ocurrió esconderlo
bajo la cama. Pues para calmar a los policías, hasta los hizo pasar tambien. El
pandillerito pidiendo disculpas, pero le agradeció a mi madre por esconderlo. Bla
bla bla no me expando.
Pues yo para ir a trabajar, ni había amanecido. Por lo mismo tenia caminar
mucho para ir a una avenida donde pasaban taxis. Pero siempre donde había flujo
de personas y luz. Sin embargo, podía cortar camino, había un pasillo que
conectaba directo a la avenida. Pero nadie lo tomaba por que estaba oscuro a
esa hora.
Resulta que gracias a la ayuda y por disculparse, el pandillerito se ofreció
a acompañarme por ese pasillo. Me dijo que con él estaría segura, además que no
se pasaría de lanza con la hija de la tía. Hasta mi madre me animó, para no
estar caminando tanto por la mañana. Acepte su ayuda, me esperaba en la entrada
del pasillo, caminábamos y todavía me esperaba mientras agarraba taxi o bus.
Las charlas con él, eran mas de chismes del barrio. Quien hizo esto, que
paso con aquel, etc. Hasta que un día de la nada me pregunta. —oiga, ¿siempre
usa esos calzoncitos de encaje? —me reía diciéndole —¿a poco no olvidas ese día?
—me dice que no lo podía olvidar, que hasta hice que se le parara. Al menos era
sincero, me dijo —Como le dije, no me pasaría de lanza con usted, pero eso no
quita que le diga que ese dia me la jale recordando ese culo. —luego saco una
risita traviesa.
Se me ocurrió preguntar ¿te imaginabas mi culo mientras te la jalabas? Y a
lujo de detalle comenzó a relatarme como se lo imaginaba. Como en su mente me
abria las nalgas y metia su verga lentamente. Y yo uff. Y me dice —ya me calenté,
¿no me muestra otro poquito? Y yo de —¿no que no te pasarías conmigo? —el se ríe,
dice —¡es que ya tengo la verga que explota!
Le dije —solo poquito. —me levanto la falda mostrándole los calzones. Hasta
dijo en voz alta —¡Puta madre que rico culo! —le dije que bajara la voz, Me
jaló tras un árbol que estaba a un lado, con su celular comenzó a alumbrarme el
culo. Le dije ya es suficiente, me iba a tapar de nuevo. Pero se sacó la verga diciendo que le diera
chance de masturbarse viendo mis nalgas.
Primera vez que veía un pene asi. No era tan largo, pero estaba demasiado gruesa,
le dije ok, quería ver como se jalaba ese banano. Puso su celular en una como
grieta de la pared para alumbrar. Con una mano comenzó a jalársela y con la
otra acariciándome las nalgas. Se atrevió a hacerme un lado el calzón, diciendo
que le encantaba el aroma de mi chocha y culo. Yo ya iba a llegar tarde al
trabajo, pero no pensaba bien en ese momento.
Se inclinó a chuparme el culo, metiendo su cara entre mis nalgas. Sus dedos
en mi panocha, hizo que me mojara. Luego dijo —¡no aguanto! Tengo que romperle
esa panocha. Se fue acomodando para meterla, pero yo me tapé la vagina con la
mano preguntándole si tenia condones. Pero me dijo “NEL” Me agarró las manos presionándomela
contra la espalda. Me inclinó un poco contra la pared, y sin respeto comenzó a
meterme el banano al fondo.
Una verga corta o larga no hace mucha diferencia. Pero con una verga gruesa
se siente delicioso. Sentía como mi panocha se estiraba cuando entraba, una de
las vergas mas ricas que me habían metido hasta ese momento. Comencé a gemir no
fuerte, pero si rico. Ya comenzaba como a amanecer, al menos ya se veía mejor.
Le decía —¡apurale papi! No vaya a pasar alguien. Y el de —¡nel! Saben que aquí
ando a veces y le dan la vuelta. El problema estaba en que, con más luz, ya podrían
vernos del otro extremo del pasillo. Pero una caliente no piensa. Yo
disfrutando esa verga ya me había corrido y el dándole mas duro. Luego al
pandillerito no le molestó sentarse en el suelo asi sin poner nada. luego me
jaló encima clavándome su verga en el culo. Ya Estaba bien lubricado, y pues yo
tengo el culo ancho para los anales, las vergas entran rápido. Pensé que me iba
a doler, pero no fue tanto. Si me dio pena por que no andaba preparada, admito
que le manche un poco la verga.
Pero a el no le importo, seguía cogiéndome duro por el culo, diciendo que
me estaba sacando la mierda. Me encantan los chicos marranos jajaja y el era
uno. Ahí sentí toda su lechita inundándome el culo. Bien caliente todo, me dejo
satisfecha el pandillerito.
Tuve que regresar a la casa, no llegue las primeras clases. Mi madre
durmiendo ni cuenta se dio que volví. Luego ya iba preparada, hasta con un buen
lavado anal. No lo volvimos a hacer en el pasillo, ya más cómodos nos íbamos a
un motel que por cierto yo pagaba. Pero ese pandillerito me cogía como una
verdadera puta.
Una ves tenia su verga dentro de mi culo, y me dice tengo ganas de orinar,
le dije échamelo dentro. Me ardió un buen cuando sentí que se miaba dentro de
mi culo. Luego asi de perrito, el siguió cogiéndome por el culo y yo me heche la
lluvia dorada tambien. El excitado acariciándome la panocha mientras lo
empapaba. Con el hacia cochinadas que con mi esposo nunca hacía.
Pues lamentablemente a los 6 meses de los encuentros, al pandillerito lo
acuchillaron. No se sabe quién, tal vez rivales. Solo de pronto lo encontraron
en un parque cercano tirado, y pues falleció en el hospital. Sinceramente me
encule con ese chico, lloré hasta su muerte, pero ni modos.
Chidas experiencias. Tienes u a forma de contar chida
ResponderEliminarDe acuerdo, los detalles enriquecen el relato, tiene buena redacción maestra
ResponderEliminarRoberto