Hola, les contaré que fui de viajecito a mi tierra. Para despejarme un
poco, afortunadamente mi hija la grande es mas independiente y se quedo con mi
esposo. Yo solo me llevé a la bebé, igual no iba a estar muchos dias. Me fui a
un ranchito del abuelo, me gusta, es de campo, con pollos, ovejas y una vaca.
Mi niña fascinada con los animalitos, ahí vive mi abuelo que es viudo y dos tías
solteronas que nunca se casaron.
Sin embargo, igual alrededor viven otros tíos que van de visita, igual muchos
primos que algunos ni conozco. Pero conocí a tres primitos hijos de diferentes tíos.
Van a ayudar al abuelo en las labores cuando salen de la escuela y ahí andan.
Me cayeron super bien, rápido me comenzaron a decir prima, y aunque no pasan de
los 12, bien coquetos. Me decía —que linda estás prima. —yo les decía, ustedes
tambien están lindos.
Uno me sorprendió, por que monta hasta la vaca y esa muy tranquila. Tuve
buena química con los tres, salí de paseo con ellos, me cuidaban a mi hija, les
compre zapatos, ropa, me decían la prima millonaria jajaj y yo de —No soy millonaria.
—Pero para ellos si lo era.
Ahora bien, el baño del ranchito esta bien lejos de la casa, casi al final.
Por eso los asustan los nahuales jajaj hay que caminar bajo arboles para llegar
ahí. El baño tiene una puerta vieja y la ventana no tiene nada, solo lo tapan
con una cortinita de tela. Pues yo confiada, en el ranchito casi no hay nadie,
y había mucho calor. Siempre me bañaba
con la cortina abierta. Me bañaba tres veces ajaja, mañana, tarde y noche. Pues
en la noche se supone que solo esta el abuelo y las tías.
Luego me asusté, en la oscuridad en un árbol, vi que había alguien observándome
bañar. Iba a gritar, estaba bien oscuro. Pero luego me di cuenta que eran mis
tres primitos. Se suponía que estaban en su casa. Comencé a tallarme las tetas
con jabón. Entonces agarré mi toalla y asi salí del baño hacia ese árbol. Mientras
avanzaba, clarito vi como se andaban masturbando, cuando me vieron, no sabían si
meter el pito en el pantalón o bajarse del árbol.
Despacio les dije —¡chamacos! Andan de cochino. Uno se resbalo y azotó,
afortunadamente ya de bajada. Pero se llenó de tierra. Lo jalé de la mano diciéndole
—¡ya te ensuciaste!
De la mano lo llevé al baño, donde le sacudí la ropa. Con jabón comencé a
lavarle la cara regañándolo claro. Yo en mi toalla, me incliné para lavarle la
rodilla. Los otros dos asomándose en la puerta del baño viéndome el culo en el máximo
esplendor. Yo ya en caliente, se me desata la toalla y se me cae quedándome desnuda
inclinada. Yo diciendo —primito, mira que sucio estas. Quítate el short para limpiarlo
mejor. Comencé a bajárselo con todo y boxer, ya estaba erecto el primito. No
aguanté y me agaché para chupársela. El se agarraba del lavabo sintiendo la succión
en su cabecita. Y yo de —¡que rico primito! Tu lechita debe estar rica.
Los otros dos agarraron valor, escuché que cerraron la puerta del baño y
luego sus manos en mi espalda, bajando en mis nalgas. Le dije a mi primo que se
siente en el lavabo. Lo hizo y yo me empine para seguir chupándosela, mientras
los otros metían dedos en mi vagina. Les decía —¡asi primitos! Manoséenme, ando
cachonda, aprovéchenme.
Sentí una verga entrando en mi vagina. Uno de los primitos ya había dado el
siguiente paso, metérmela. Sentí la lechita tibia del que tenía en la boca, sacó
bastante semen que terminé sacándola sobre su pene nuevamente. Como azúcar glas
escurriendo de mi boca en toda su verga.
De pronto una de mis tías me llamó, preguntándome si estaba bien. Me di
cuenta que ya me había tardado en el baño, le dije que todo estaba bien. Tratando
de no gemir, sintiendo la verga de mi primito que no paraba de cogerme. Le dije
que le de chance al otro primo, que se sentó en una silla que tienen en el
baño, donde el abuelo se sienta a bañarse. Ahí me acomodé y comencé a darle
sentones ricos al primo. Abrimos la regadera, por que el ruido de mis nalgas
chocando era fuerte.
Este primito se corrió rápido. Les dije que ya paremos, que se fueran a sus
casas discretamente por donde habían venido. Yo terminé de bañarme y regresé a
la casa como si nada pasara.
Le mande mensaje a mi esposo para confesarle el pecado jajaj. El lo tomó a
la ligera, diciéndome que disfrute, pero con cuidado, que no me arriesgue tanto
con los primitos.
Al día siguiente, por la mañana aprovechamos que las tías y el abuelo se
van a misa. Uno de los primitos se queda en un cuarto a jugar con mi niña,
mientras me voy a otro cuarto con los dos a que me cogieran.
Y yo de —¡primitos que rico me la meten! Voy a venir mas seguido a
visitarlos. Uno succionándome las tetas y el otro besuqueándome las nalgas. En la
cama me daban de perrito. Cuando uno se venía se iba a lavar e iba a cuidar a
mi hija, para que el otro viniera a venirse.
Hasta el culo les di, asomándome medio cuerpo por la ventana del cuarto y
ellos abriéndome el culo con sus vergas. —¿soy su prima favorita? —les
preguntaba. Ellos diciéndome que por mucho sí.
Se asustaron cuando les pedí que me dieran mi cel. y marque a mi esposo. Ahí
contándole de —¡amor, aquí mis primitos me están cogiendo! —mi esposo de ¡que
rico! Jajaj
Gemía fuerte para que el escuchara. Le decía —¡amor! Ya me dejaron el culo
irritado, —y mi esposo contestando —dile que te echen lechita ahí, para que se
calme.
Les decía —ya escucharon primitos, ahora me curan echándome su lechita. No
me hicieron caso, eran vírgenes y todavía no tenían autocontrol, terminaban echándolo
adentro, ahí luego tuve que sacar litros.
Pues ese era domingo, ya por la tarde salí con mi hija y unas primas y ya
no se repitió la cogida. Al día siguiente me regresé a mi ciudad. Aplique la de
no emocionar, no toque el tema y seguí tratando a los primitos como si no
hubiera pasado nada. Hasta me despedí de ellos solo de beso en la mejilla y sin
decir mas jajaj.
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