6-ELI CULICHI me fui a despejar en el ranchito

 

Hola, les contaré que fui de viajecito a mi tierra. Para despejarme un poco, afortunadamente mi hija la grande es mas independiente y se quedo con mi esposo. Yo solo me llevé a la bebé, igual no iba a estar muchos dias. Me fui a un ranchito del abuelo, me gusta, es de campo, con pollos, ovejas y una vaca. Mi niña fascinada con los animalitos, ahí vive mi abuelo que es viudo y dos tías solteronas que nunca se casaron.

Sin embargo, igual alrededor viven otros tíos que van de visita, igual muchos primos que algunos ni conozco. Pero conocí a tres primitos hijos de diferentes tíos. Van a ayudar al abuelo en las labores cuando salen de la escuela y ahí andan. Me cayeron super bien, rápido me comenzaron a decir prima, y aunque no pasan de los 12, bien coquetos. Me decía —que linda estás prima. —yo les decía, ustedes tambien están lindos.

Uno me sorprendió, por que monta hasta la vaca y esa muy tranquila. Tuve buena química con los tres, salí de paseo con ellos, me cuidaban a mi hija, les compre zapatos, ropa, me decían la prima millonaria jajaj y yo de —No soy millonaria. —Pero para ellos si lo era.

Ahora bien, el baño del ranchito esta bien lejos de la casa, casi al final. Por eso los asustan los nahuales jajaj hay que caminar bajo arboles para llegar ahí. El baño tiene una puerta vieja y la ventana no tiene nada, solo lo tapan con una cortinita de tela. Pues yo confiada, en el ranchito casi no hay nadie, y había mucho calor.  Siempre me bañaba con la cortina abierta. Me bañaba tres veces ajaja, mañana, tarde y noche. Pues en la noche se supone que solo esta el abuelo y las tías.  

Luego me asusté, en la oscuridad en un árbol, vi que había alguien observándome bañar. Iba a gritar, estaba bien oscuro. Pero luego me di cuenta que eran mis tres primitos. Se suponía que estaban en su casa. Comencé a tallarme las tetas con jabón. Entonces agarré mi toalla y asi salí del baño hacia ese árbol. Mientras avanzaba, clarito vi como se andaban masturbando, cuando me vieron, no sabían si meter el pito en el pantalón o bajarse del árbol.

Despacio les dije —¡chamacos! Andan de cochino. Uno se resbalo y azotó, afortunadamente ya de bajada. Pero se llenó de tierra. Lo jalé de la mano diciéndole —¡ya te ensuciaste!

De la mano lo llevé al baño, donde le sacudí la ropa. Con jabón comencé a lavarle la cara regañándolo claro. Yo en mi toalla, me incliné para lavarle la rodilla. Los otros dos asomándose en la puerta del baño viéndome el culo en el máximo esplendor. Yo ya en caliente, se me desata la toalla y se me cae quedándome desnuda inclinada. Yo diciendo —primito, mira que sucio estas. Quítate el short para limpiarlo mejor. Comencé a bajárselo con todo y boxer, ya estaba erecto el primito. No aguanté y me agaché para chupársela. El se agarraba del lavabo sintiendo la succión en su cabecita. Y yo de —¡que rico primito! Tu lechita debe estar rica.

Los otros dos agarraron valor, escuché que cerraron la puerta del baño y luego sus manos en mi espalda, bajando en mis nalgas. Le dije a mi primo que se siente en el lavabo. Lo hizo y yo me empine para seguir chupándosela, mientras los otros metían dedos en mi vagina. Les decía —¡asi primitos! Manoséenme, ando cachonda, aprovéchenme.

Sentí una verga entrando en mi vagina. Uno de los primitos ya había dado el siguiente paso, metérmela. Sentí la lechita tibia del que tenía en la boca, sacó bastante semen que terminé sacándola sobre su pene nuevamente. Como azúcar glas escurriendo de mi boca en toda su verga.

De pronto una de mis tías me llamó, preguntándome si estaba bien. Me di cuenta que ya me había tardado en el baño, le dije que todo estaba bien. Tratando de no gemir, sintiendo la verga de mi primito que no paraba de cogerme. Le dije que le de chance al otro primo, que se sentó en una silla que tienen en el baño, donde el abuelo se sienta a bañarse. Ahí me acomodé y comencé a darle sentones ricos al primo. Abrimos la regadera, por que el ruido de mis nalgas chocando era fuerte.

Este primito se corrió rápido. Les dije que ya paremos, que se fueran a sus casas discretamente por donde habían venido. Yo terminé de bañarme y regresé a la casa como si nada pasara.

Le mande mensaje a mi esposo para confesarle el pecado jajaj. El lo tomó a la ligera, diciéndome que disfrute, pero con cuidado, que no me arriesgue tanto con los primitos.

Al día siguiente, por la mañana aprovechamos que las tías y el abuelo se van a misa. Uno de los primitos se queda en un cuarto a jugar con mi niña, mientras me voy a otro cuarto con los dos a que me cogieran.

Y yo de —¡primitos que rico me la meten! Voy a venir mas seguido a visitarlos. Uno succionándome las tetas y el otro besuqueándome las nalgas. En la cama me daban de perrito. Cuando uno se venía se iba a lavar e iba a cuidar a mi hija, para que el otro viniera a venirse.

Hasta el culo les di, asomándome medio cuerpo por la ventana del cuarto y ellos abriéndome el culo con sus vergas. —¿soy su prima favorita? —les preguntaba. Ellos diciéndome que por mucho sí.

Se asustaron cuando les pedí que me dieran mi cel. y marque a mi esposo. Ahí contándole de —¡amor, aquí mis primitos me están cogiendo! —mi esposo de ¡que rico! Jajaj

Gemía fuerte para que el escuchara. Le decía —¡amor! Ya me dejaron el culo irritado, —y mi esposo contestando —dile que te echen lechita ahí, para que se calme.

Les decía —ya escucharon primitos, ahora me curan echándome su lechita. No me hicieron caso, eran vírgenes y todavía no tenían autocontrol, terminaban echándolo adentro, ahí luego tuve que sacar litros.

Pues ese era domingo, ya por la tarde salí con mi hija y unas primas y ya no se repitió la cogida. Al día siguiente me regresé a mi ciudad. Aplique la de no emocionar, no toque el tema y seguí tratando a los primitos como si no hubiera pasado nada. Hasta me despedí de ellos solo de beso en la mejilla y sin decir mas jajaj.

 


 


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