Una historia que nos llegó. Los vecinitos.

 

Soy Marelene. Yo soy casada ya con un hijo de 4 años. Mi esposo es plomero, vivimos de forma sencilla, pero no me quejo. Actualmente vivimos en una casa de rentas o cuartería como le gusten llamar. La renta es barata, el lugar no es la gran cosa, pero da un techo. Hay varias personas viviendo en el lugar. Es de dos pisos, con 4 viviendas en cada planta. A pesar que parece obra negra, que ni repellado tiene, esta espacioso. Es una sala, cocinita, baño y un cuarto al fondo. Mi hijo duerme en una camita en la sala y mi esposo y yo en el cuarto. Al principio no me gustaba, ya que ni ventanas tiene. Solo protectores de metal y ya, ni mosquiteros ni nada, ahí ando colgando telas para que no entren los bichos.

A parte, como nosotros estamos en la ultima vivienda del lugar, al costado hay un pasillo donde hay tanques de gas y cosas asi. A mi me daba miedo, ya que en ese pasillo estaba solitario y se entraba fácilmente, ya que conectaba donde están los lavaderos.

Igual les cuento de mi esposo, es bien cogelón. Siempre quiere cogerme y eso me gusta, ya que soy bien caliente. Afortunadamente o desafortunadamente, mi suegra renta en el mismo lugar. A veces mi esposo lleva a mi hijo con ella y cogemos bien rico como pervertidos ya estando solos. Le gusta penetrarme el culo como loco y eso me encanta.

En una ocasión me iba de compras y me topo a los chicos vecinitos del lugar. Es un grupito de vecinitos como de secu. Cuando paso se me quedaban viendo, luego a lo lejos veía que cuchicheaban. Ellos siempre andan en el frente de la calle, jugando futbol o haciendo sus cosas de chamacos. Nunca le hablaba, no tenia nada que charlar con ellos.

Paso unas semanas, hasta que un día andaba en la cogedera con mi esposo. Me andaba dando de perrito bien rico, nalgadas y yo gimiendo. Era de noche, pero en la ventana, a través de la tela que tengo puesto, me pareció ver una luz. No le dije a mi esposo, el seguía inspirando rompiéndome el culo. Cuando me tiro su lechita, se fue al baño. Discretamente me acerque a la ventana, eran las 12 de la noche. Pero ahí andaban espiando los chamacos. Andaban viendo como me cogía mi esposo, al parecer la tela tenia uno que otro agujerito donde espiaban. Y yo de, quieren show, démosles show.

Volviendo mi esposo, lo esperaba en cuatro sobre una silla. Justo por la ventana, le dije que me la metiera por la panocha mojada. El para complacerme se acomodó y comenzó a cogerme bien rico. Yo excitada por que sabia que me andaban viendo. Me habría mis nalgas pidiendo mas verga toda excitada. Todavía echándome toda su leche, me abrí las nalgas y panocha, justo hacia la ventana, para que vieran como escurría la leche de mi esposo.

En el día los tope de nuevo en el frente y de nuevo sus miradas, seguramente se masturbaron cogiéndome en su imaginación. Me di cuenta que pasaban menos tiempo en el frente, se desaparecían. Hasta que me di cuenta que en la noche se la pasaban en el pasillo escondidos esperando acción. Si admire su paciencia de estar esperando, pues no cogía diario con mi esposo.

Pero comencé a darles show. Andaba desnuda por mi cuarto, a veces en lencería sexy. Un dia llegó mi esposo y me vio sensual, se enojó, preguntándome porque estaba vestida así, y yo le dije, te esperaba a ti. Estuvo revisando bajo la cama, el baño, pensando que había otro hombre jajaja, lo bueno que no miro por la ventana, o tal ves iba a descubrir a los chicos. Pero como sabe que tiene protector, sabe que nadie puede entrar o salir por ahí.

Lo malo, que, por eso, le pidió a mi suegra que cuando el no esté, se la pasara en mi casa. Me enojó, me sentí vigilada. Pero mi esposo es muy celoso. Lo bueno que mi hijo está apegado a su abuela, yo me la pasaba en el cuarto y mi suegra en la sala con mi hijo. Ponía seguro y me desnudaba, sabiendo que esos chicos, estaban ahí la mayoría de las veces.

En una ocasión me masturbe, dedeándome rico, sacándome mi juguito. Mi suegra en la sala, ni en cuenta, a veces se queda dormida con mi hijo. fui a un rincón a limpiarme la concha. De curiosa me medio asome a ver si estaban. Ellos parado contra la pared, pensé que estaban orinando, pero se estaban masturbando en fila, eso sí, tomando sus distancias. Los había calentado.

Y pues tiernitos jalándosela, me encantaron. Arrimé la tela y ellos se asustaron al verme, pero les hice señal de silencio con mi dedo en los labios. Jale una silla y un mueble que tengo. Me subí en la silla pegada a la pared, y en el mueble apoyaba las manos para no caerme. Afortunadamente el protector de la ventana no es plano, este medio curveado por la parte de abajo, como para poder asomarte y ver justo abajo. En esa curvatura puse mis nalgas desnudas, con mi panochita húmeda, casi sentada con el culo abierto. Ellos excitados comenzaron a agarrarme las nalgas, uno hasta besos les dio. Me acariciaban la panocha y metían dedo en mi culo. ¿habían visto panocha asi de cerca? Les pregunté, ellos dijeron que no. Uno metiendo su cara en mi culo, lamiándome el agujerito. En serio que estaba bien excitada, que mi panocha babeaba. Uno pasaba su lengüita para saborearla.

En el pasillo había como un andamio, que usaban para pintar o hacer mantenimiento.  Despacito lo acomodaron, por que se los pedí. Se subieron con los pantalones abajo, solo cabían de dos. Ya a la altura de mi ventana, comencé a chuparles sus cositas entre mi ventana.

Puras vergas vírgenes, Uno de ellos no aguantó mis chupadas y se corrió en una jalada manchando mi tela. Excitada les pregunte ¿quieren metérmela bebes? Y ellos dijeron que si. Nuevamente me acomodé con las nalgas un poco salidas. Uno de ellos inteligente, vio que el andamio tenia como unos tubos diagonales tipo escalera. Ahí se subió y agarró del protector de la ventana, quedo justo debajo de mi panocha, casi como si estuviera sentada encima de su verga. Sentí como la metía despacio, resbalando. Por estar colgado sus manos estaban ocupadas, pero sus amigos eran los que manoseaban mis nalgas, mientras el me penetraba. Hasta pedos vaginales me sacó el chamaco, quería que entraran a mi cuarto, pero por mi suegra no los invité, me conforme por sentirlo a través de la ventana.

Como una hora estuve ahí, ellos se turnaban para cogerme. Yo con el culo pa fuera. Solo hacia pausas para bajarme y estirarme un poco. Luego volvía a sacar las nalgas, para que me metieran sus vergas donde quisieran. La mayoría por la concha, pero uno si la metio por mi culo. Solo recordar como me la metían, me excita de nuevo jajaja.

Afortunadamente, un día me pude escapar y me fui a ese pasillo. Ellos estaban sentados ahí esperándome por la ventana. Su sorpresa al verme llegar, les dije que quería que me cogieran bien. Andaba en falda y blusa, pero ni calzón ni sostén me había puesto. Que rico cuando comenzaron a manosearme, levantándome la falda, lamiando me panocha, otros el culo. Quise hacer como en las pelis porno, agachándome y todas las vergas a mi alrededor. Chupándolos, pero no aguanté, quise que me la metieran. No tenía mucho tiempo.

Asi que me de pie, con las manos en la pared y empinada sacando las nalgas. Ellos comenzaron a metérmela. Uno se pasaba adelante para chuparme tetas. todos sudando, hacia un chingo de calor, pero estaba rico el morbo. Hasta mis nalgas estaban empapadas, todos me echaban la leche dentro.  Me hicieron un batidillo de mecos en la panocha.

Ahí lamente no llevar calzón, cuando regrese, me daba miedo que goteara los mecos por donde pasaba jajaja. Si los saque orinando en una esquina, pero aun asi sentía que tenía, la panocha toda resbalosa. Agradezco a mi esposo que no quisiera hacerse la vasectomía y decirme que yo me ponga un dispositivo anticonceptivo jajaja. Gracias a eso, me los echan con toda confianza.

Y asi los vecinitos se volvieron mis amantas, hasta hoy día.