LES DEJAMOS UNA HISTORIA QUE NOS LLEGÓ.
Hola soy doctora. Lo que les contaré es sobre mi experiencia personal, no sé
si suele pasar siempre en el mundo de la salud.
Yo he trabajado en el seguro social y en algunos hospitales privados. Nunca
independiente, mi esposo también es doctor, nos conocimos en la facultad de
medicina. Nos mudamos a una ciudad muy pequeña, hasta pienso que es pueblo. A
mi esposo le asignaron trabajar en una unidad médica. Por mi parte, entré a un
centro de salud. En el día es caótico, en ese centro de salud solo somos dos
médicos, y siempre estamos atendiendo a las personas, mayormente niños, que por
alguna razón en esa ciudad se enferman más. En el trabajo no hay mucho tiempo
de socializar, solo hablo con Maritza, una enfermera gordita que es bien
platicadora.
En el sexo ni que decir, con mi esposo tenemos relaciones una vez al mes.
Por su trabajo y el mío a veces hay dias que no nos vemos. Lo bueno que no
tenemos hijos, por lo mismo de nuestras vidas ocupadas, por el momento no
tenemos planeado eso. Aun con mi vida ajetreada, pues soy una mujer de 34 años,
el deseo sexual está presente, pero mayormente pura masturbada.
Total, hubo un problema con el médico de guardia de noche. Por lo que me
cambiaron de noche en el centro de salud. Todo diferente en ese horario, es muy
calmado. Para mi fortuna Maritza la enfermera se quedó conmigo en esos turnos.
Hay dos enfermeros más y uno señor de seguridad.
Al principio nos entreteníamos viendo la tv, igual hay un cuarto de
descanso con camas para descansar. Mi casa esta como a 10 minutos del centro de
salud, por lo que decidí ir a mi casa, y decirles que me llamaran cuando
hubiera algo urgente.
Una noche me dio insomnio, y decidí ir al centro de salud a adelantar unos
reportes y papeleos. El señor de seguridad en su casetita ya que no puede
entrar, solo ronda alrededor. Cuando yo entro al centro de salud, escucho
gemidos, voy asomándome al cuarto de descanso. Los dos jovencitos enfermeros se
estaban cogiendo a Maritza. Como dicen, la tenían empalada como pollo rostizado
jajaja, ella en cuatro, uno atrás dándole y otro adelante con su pene en la
boca.
Cuando me vieron se espantaron, —¡en la madre! dijeron. Y comenzaron a
vestirse, no les dije nada solo me fui a mi consultorio. Maritza llega
pidiéndome disculpas, le dije que no pasaba nada, que su forma de entretenerse
era muy particular. Ella se reía al ver que lo tomé a la ligera. comencé a
hacerle preguntas, como ¿desde cuando pasaba eso? ella más en confianza,
comenzó a contarme todo. Que se volvió amiga de ellos, cotorreaban, hasta que
una noche se dio el sin respeto. Comenzó a contarme como la ponían, y yo de
—uuf cállate que ya llevo semanas sin acción. Y me dice, —¿Por qué no se une? Y
yo —soy casada, —y me contesta, —yo también jajaja
Maritza diciéndome que los dos chicos eran discretos y que nunca iba a
salir nada de lo que pasaba, que ella los conocía bien y metía las manos al
fuego por ellos. Ese día solo le dije, lo pensaré y ya cambiamos de tema.
Y si lo estuve pensando, si quería, me excitaba la idea. Necesitaba acción
en mi vida que ya se me hacía monótona. Hasta que lo decidí, me puse un calzón
sexy con abertura en las nalgas y fui al centro de salud, entre nerviosa,
emocionada, excitada, sudando. Cuando llegué ellos estaban tranquilos, solo
viendo la tv en un sofá que tenemos ahí. Los saludé y me fui a mi consultorio,
en serio que si estaba bien nerviosa. En mi mente de no lo hare, luego, si lo
hare y asi andaba.
Entra Maritza a platicarme cosas que ni me acuerdo, no le estaba poniendo
atención. Atendimos a un niño que se convulsionó en la noche y sus papas lo
trajeron. Pero de ahí nada, después Maritza me dice, después de este susto, si
necesito una buena cogida, y me pregunta —¿lo pensó? —y yo sí, mucho. Me
preguntó que decidí y nerviosa le dije, si lo haré. Ella se emocionó, me dijo
no se va a arrepentir. Llamó a los dos enfermeros, estaban jovencitos,
flaquitos, pero según ella cogían rico.
Entraron a mi consultorio, yo callada. Pero Maritza les dijo la doctora
quiere unirse a las travesuras. Los chicos si se vieron sorprendidos, no lo
creían. Uno hasta dijo, —no bromees con eso que me la voy a creer. Maritza me
dijo que me pusiera de pie, lo hice, me volteó inclinándome en mi escritorio y
comenzó a bajarme los pants. Como les dije, llevaba un calzón abierto atrás, se
me veía el culo y la vagina. Hasta dijeron —¡asu puta madre, que rico se ve
eso! yo calladita, seguía nerviosa.
Ahí descubrí que Maritza era bisexual, porque agachada, fue la primera en
hundir su cara entre mis nalgas y comenzar a pasar la punta de la lengua en mi
vagina haciéndome cosquillas ricas. Luego metiendo la puntita en mi culo, lo
bueno que había ido preparada, hasta un enema me había hecho, tenía todo
limpio.
Maritza le dio chance a uno de los enfermeros para que siguiera. El
enfermero comiendo la vagina, chupando clítoris, diciéndome —¡hay doctora, que
buena que esta, comenzó hasta dedearme rico, escarbando adentro, sobándome con
su pulgar el clítoris mientras los otros dedos jugueteaban dentro.
Maritza y el otro enfermero ya ambos desnudos. Ella chupándosela agachada y
el de pie. El que me andaba comiendo la vagina, me quitó los pants por
completo. Se bajo los de él y comenzó a restregar su pene en mi vagina. Yo
seguía callada jajaa, pero el me preguntó —doctora, ¿en serio quiere que se la
meta? —y yo de si, métela. —me contesta, no la veo convencida, ¿si la quiere en
serio? y yo de —sí, ya métela ando caliente. —y el travieso de —¡suplíqueme!
Comienzo a decirle —¡ya méteme esa verga por favor, mi vagina necesita ser
cogida! —todo eso mientras me abría las nalgas con mis propias manos. Comenzó,
pero a meter dos dedos en mi culo, y yo de —¡ya méteme el pito! —bien caliente.
Comenzó a introducírmelo, empinada en mi escritorio. Asi comenzó a
penetrarme, pero el dedo no lo sacaba de mi culo. Yo fascinada, Maritza
diciéndome —¡verdad que es delicioso pecar!, no le conteste, estaba bien
distraída sintiendo aquel pito moviéndose dentro de mi vagina.
El otro enfermero dijo, pongámoslas juntas. Y nos pusieron de perrito a
Maritza y a mí una a lado de la otra. Pero a ella se le ocurrió ponernos, a
lado, pero en sentido contrario. De perrito estaba alado de ella, pero mi cara
por sus nalgas y su cara de ella por las mías.
Comenzaron a cogernos bien rico. Sentía un pito penetrándome y miraba como
estaban penetrando a Maritza por su enorme culo jajaja. hasta el aroma de su
vagina me llegó, pero no me desagradó. Luego el chico que se la cogía, sacaba
su pene y me la metía en la boca. Decía —doctora, ayude a lubricar. —yo chupándola,
Maritza besándome la pompa y el otro cogiéndome bien fuerte gritando que le
encantaba mi concha.
Maritza era la más traviesa. Se le ocurrió que, en una camilla, subirnos
las dos a hacer un 69 para comernos las vaginas. Los chicos nos ayudaron a
subir, era una camilla que se subía un poco. Estaba chupándole la concha y ella
la mía. Y los chicos uno de cada lado de la camilla.
Yo estaba arriba de Maritza, lamiándole la vagina, un enfermero ayudándome
de mi lado, sentado en un silla, inclinado para lamer también el culo y concha
de Maritza y de paso darme besos de lengua a mí. Atrás igual a Maritza le
ayudaban, el otro enfermero también hacia lo mismo.
Los enfermeros fueron bajando un poco la camilla con nosotras arriba. Aun
asi se subieron en una silla. Nosotras nos arrimamos un poco a la orilla sin
dejar la posición 69. Y uno le abrió las piernas a ella y comenzó a cogerla, yo
viendo de cerca, casi frente a mi cara veía como entraba en su vagina.
Del otro lado, el otro enfermero me acomodó para cogerme a mi, penetrándome
al mismo ritmo salvaje. Comenzamos a gemir, Maritza me sobaba el clítoris yo
comencé a hacer lo mismo con ella. Todo mientras nos penetraban.
Ella se corrió mojándome la mano. Una rica casualidad o lo controlaban, el
caso que fue como una reacción en cadena. Después de Maritza se corrio, el
chico sacó su pene de su vagina y me tiro la leche en la cara, al mismo tiempo
senti la leche del otro chico, bien caliente en mis nalgas. Maritza dedeándome
y como a los 3min, yo también saque todo el estrés por mi vagina jajaja
Los enfermeros de —¡wow, eso fue intenso! Y estábamos de acuerdo, que fue
un rico cuarteto. Y ya, aun seguimos haciendo cuartetos, tríos, cuando se
puede.


Necesito a una doctora así de caliente en mi vida jajaja, saludos.
ResponderEliminarEdward.
Excelente relato, lo describe con una cachonderia muy rica la Dra. Y uno que ve tan seriecitas a las doctoras y a las enfermeras del sector salud.
ResponderEliminarRoberto
Uffff uffff y recontra uffff, con una doctora así todas las noches iría al hospital a revisión, bienvenida y espero q subas más anécdotas doctora.
ResponderEliminarSaludos desde Coatzacoalcos Veracruz.
Alucard
Confirmo, soy enfermero y me ha tocado estar en varios centros de salud, casas de salud, hospitales rurales etc. sucede que doctoras, doctores, enfermeras y enfermeros que somos los que nos tenemos que quedar jornadas largas en el lugar, nos agarran unas ganas enormes de coger, todos nos ponemos muy cachondos, mas en las guardias nocturnas, uno se pone muy caliente y también las compañeras, es muy común hacer eso, pero siempre se quedan bonitos recuerdos, saludos doctora
ResponderEliminarMe equivoque de profesion jajaj, y yo que pensaba que la vida de doctores y enfermeros era aburrida
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