26. ANA JULIA experiencia lesbica

Fui con unas amigas a un convivio en la casa de una de ellas, el convivio estuvo tranquilo con algunas bebidas y música. Ahí nos quedamos la mayoría a dormir, al día siguiente estuvimos disfrutando de la piscina. He de aclarar que estas amigas no son tan sexosas, son tranquilitas la mayoría madres de familia que ese día la mayoría lo había tomado para relajarse de los hijos esposos, etc. A la tardecilla ya todas se había ido, me quede con mi amiga la dueña de la casa, que la verdad era la de más confianza de las que ahí estaban. Ella sabe algunas cosas mías en cuanto a amantes se refiere, sabe algo pero no todo de mí. Me escucha cuando le cuento, aunque a veces veía desaprobación en su cara, o al menos eso pensaba.

Pues ese día me sorprendió cuando estando solas en la piscina me dijo que quería probar estar con una mujer. Yo le pregunte qué onda con su esposo, me confeso que con su esposo no sentía mucho placer, que igual lo había intentado con un vecino de ella y que tampoco. Y me dijo que viéndome a mí que igual quería probar si yo aceptaba, eso sí solo como amigas y después todo olvidado. Me dijo que me lo pedía a mí porque yo era de mente  abierta, y que ella no se atrevería a pedirle a nadie más.  Pues era mi amiga, más que morbo quería ayudarla. Ella se quedó viéndome diciéndome que como lo haríamos.  Le dije que primero podía yo chuparle la vagina, ella dijo que estaba bien. Le dije que vayamos a una recamara, pero me dijo que ahí mismo lo podíamos intentar, no había ya nadie. Le dije que entonces se sentara en la orilla de la piscina se quitara el bikini y abriera las piernas. Cuando lo hizo, yo metí mi cara entre sus piernas y fue fácil porque comencé a hacerle lo que a mí me gusta que me hagan. Con la lengua comencé a rodear su vagina, acariciándola, a lamer de abajo para arriba metiendo la puntita de la lengua entre los labios. Ir suavemente hacia arriba llegando al clítoris. Ella comenzó a gemir y a pedirme que no parara. Veía que realmente si se estaba excitando. Comencé a chupar succionándole su vagina, le apretaba con mis labios los labios de la vagina. Decidí acariciar un poco con mis dedos, le comencé a meter uno suavemente, acariciándola por dentro. Después metí dos dedos, despacito comencé a jugar y a moverlos dentro de ella. Ella pegaba de gritos de placer. En un momento sentí que se corrió, no fue un orgasmo a chorro como yo siempre tenía, fue leve con su liquidito blanquito casi transparente entre mis manos. Ella me dijo que quería hacérmelo a mí. Pero yo le dije que como yo quería. Me puse a gatas igual a orilla de la piscina al borde. Ella adentro con su cara exactamente en mi trasero. Ella me bajo el bikini. Me dijo que tenía un buen culo y comenzaba a reír. Comenzó lamiéndome la vagina, como si fuera una paleta. Con su lengüita subía y bajaba entre mi rayita de la vagina. Lo rico que fue subiendo lamiéndome en el espacio entre mi vagina y el ano. Un cosquilleo rico que erizo mi piel. Después comenzó chupándome las pompas, a hacerme un rico beso negro. Hundía su cara en mi culo. Me apretaba la cadera, me acariciaba las piernas, ella estaba como en trance disfrutándome y eso me gusto. Le pedí excitada que me metiera los dedos en mi vagina, así lo hizo, comenzó a juguetear. Le dije que podíamos tallar nuestras vaginas. Ella se emocionó. Salió de la piscina y le dije que se acostara de costadito y levantara la pierna, cuando lo hizo, yo la agarre y la puse sobre mi hombro, acerque mi vagina a la de ella y comenzamos a tallar una con la otra. Era delicioso el jugueteo que teníamos. Ella gemía y se excitaba.  Para mi sorpresa de nuevo se corrió, se retorció ya con el cuerpo sudado. Quiso seguir chupándome la vagina, me sentó en la orilla y como yo le hice la primera vez, comenzó a hacerme. La verdad no me molesta estar con otra mujer, es rico y todo, pero lo mío son los hombres, mientras me daba sexo oral, yo le hundía su cara más a mi vagina, era rico, pero el cosquilleo dentro de mi vagina era tremendo, como cuando se tiene una fuerte comezón que solo es rascada levemente, así parecido sentía que esa sensación solo podía ser apaciguada por  un rico y tremendo pene, cosa que con la lengua de mi amiga no era suficiente. Solo le pedí que me metiera los tres dedos fuerte y salvajemente. Así lo hizo, yo movía las caderas para apaciguar mi calentura, ya estaba escurriéndome. Tuve un orgasmo, pero sentía que no era suficiente. Mi amiga si quedo satisfecha, me abrazo mientras colocaba su cabeza en mi cuello y sus manos tocaban mis nalgas con el dedito travieso jugando en mi ano. Ella la verdad no es muy guapa, tiene 45 años, llenita, pechos pequeños pero si pompas grandes. Pero aun así la ayude. Me pidió que no le dijera a nadie, le dije que estaba bien, y me pidió que lo repitiéramos algún día. Le dije que si pues si lo repetiría pues me dijo que nunca había tenido varios orgasmos en poco tiempo. El caso es que así quedamos. Me Salí de su casa y me fui a un hotel donde llame a un amante mío. Me habían quedado las ganas de ser penetrada. Apenas llego yo esperando desnuda con las piernas abiertas en la cama le dije que me lo metiera sin rodeos. Él se desnudó, se puso el condón y se aventó arriba de mí cogiéndome, estaba bien caliente y aquel pene metiéndose lo sentía exquisito, tanto era mi placer que me movía, gritaba, gemía, me retorcía, creo que hasta le arañe la espalda. No tarde en tener un súper orgasmo. Sin posiciones sin sexo oral, solo el sobre mí, yo con las piernas abiertas recibiéndolo, pero por mis ganas que tenía tuvimos un rico sexo salvaje que hasta la vagina me quedo rosada. Llegue a mi casa ya tranquila, preguntándome mi esposo como estuvo la reunión, le dije que todo bien platicándole solo de lo que las amigas comentaban.       

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