Fui con unas amigas a un convivio en la casa de una de ellas, el
convivio estuvo tranquilo con algunas bebidas y música. Ahí nos quedamos la mayoría
a dormir, al día siguiente estuvimos disfrutando de la piscina. He de aclarar
que estas amigas no son tan sexosas, son tranquilitas la mayoría madres de
familia que ese día la mayoría lo había tomado para relajarse de los hijos
esposos, etc. A la tardecilla ya todas se había ido, me quede con mi amiga la
dueña de la casa, que la verdad era la de más confianza de las que ahí estaban.
Ella sabe algunas cosas mías en cuanto a amantes se refiere, sabe algo pero no
todo de mí. Me escucha cuando le cuento, aunque a veces veía desaprobación en
su cara, o al menos eso pensaba.
Pues ese día me sorprendió cuando estando solas en la piscina me dijo
que quería probar estar con una mujer. Yo le pregunte qué onda con su esposo,
me confeso que con su esposo no sentía mucho placer, que igual lo había intentado
con un vecino de ella y que tampoco. Y me dijo que viéndome a mí que igual quería
probar si yo aceptaba, eso sí solo como amigas y después todo olvidado. Me dijo
que me lo pedía a mí porque yo era de mente abierta, y que ella no se atrevería a pedirle
a nadie más. Pues era mi amiga, más que
morbo quería ayudarla. Ella se quedó viéndome diciéndome que como lo haríamos. Le dije que primero podía yo chuparle la
vagina, ella dijo que estaba bien. Le dije que vayamos a una recamara, pero me
dijo que ahí mismo lo podíamos intentar, no había ya nadie. Le dije que
entonces se sentara en la orilla de la piscina se quitara el bikini y abriera
las piernas. Cuando lo hizo, yo metí mi cara entre sus piernas y fue fácil porque
comencé a hacerle lo que a mí me gusta que me hagan. Con la lengua comencé a
rodear su vagina, acariciándola, a lamer de abajo para arriba metiendo la
puntita de la lengua entre los labios. Ir suavemente hacia arriba llegando al clítoris.
Ella comenzó a gemir y a pedirme que no parara. Veía que realmente si se estaba
excitando. Comencé a chupar succionándole su vagina, le apretaba con mis labios
los labios de la vagina. Decidí acariciar un poco con mis dedos, le comencé a
meter uno suavemente, acariciándola por dentro. Después metí dos dedos,
despacito comencé a jugar y a moverlos dentro de ella. Ella pegaba de gritos de
placer. En un momento sentí que se corrió, no fue un orgasmo a chorro como yo
siempre tenía, fue leve con su liquidito blanquito casi transparente entre mis
manos. Ella me dijo que quería hacérmelo a mí. Pero yo le dije que como yo quería.
Me puse a gatas igual a orilla de la piscina al borde. Ella adentro con su cara
exactamente en mi trasero. Ella me bajo el bikini. Me dijo que tenía un buen
culo y comenzaba a reír. Comenzó lamiéndome la vagina, como si fuera una
paleta. Con su lengüita subía y bajaba entre mi rayita de la vagina. Lo rico
que fue subiendo lamiéndome en el espacio entre mi vagina y el ano. Un cosquilleo
rico que erizo mi piel. Después comenzó chupándome las pompas, a hacerme un
rico beso negro. Hundía su cara en mi culo. Me apretaba la cadera, me
acariciaba las piernas, ella estaba como en trance disfrutándome y eso me
gusto. Le pedí excitada que me metiera los dedos en mi vagina, así lo hizo, comenzó
a juguetear. Le dije que podíamos tallar nuestras vaginas. Ella se emocionó. Salió
de la piscina y le dije que se acostara de costadito y levantara la pierna,
cuando lo hizo, yo la agarre y la puse sobre mi hombro, acerque mi vagina a la
de ella y comenzamos a tallar una con la otra. Era delicioso el jugueteo que teníamos.
Ella gemía y se excitaba. Para mi
sorpresa de nuevo se corrió, se retorció ya con el cuerpo sudado. Quiso seguir chupándome
la vagina, me sentó en la orilla y como yo le hice la primera vez, comenzó a
hacerme. La verdad no me molesta estar con otra mujer, es rico y todo, pero lo mío
son los hombres, mientras me daba sexo oral, yo le hundía su cara más a mi
vagina, era rico, pero el cosquilleo dentro de mi vagina era tremendo, como
cuando se tiene una fuerte comezón que solo es rascada levemente, así parecido sentía
que esa sensación solo podía ser apaciguada por un rico y tremendo pene, cosa que con la
lengua de mi amiga no era suficiente. Solo le pedí que me metiera los tres
dedos fuerte y salvajemente. Así lo hizo, yo movía las caderas para apaciguar
mi calentura, ya estaba escurriéndome. Tuve un orgasmo, pero sentía que no era
suficiente. Mi amiga si quedo satisfecha, me abrazo mientras colocaba su cabeza
en mi cuello y sus manos tocaban mis nalgas con el dedito travieso jugando en
mi ano. Ella la verdad no es muy guapa, tiene 45 años, llenita, pechos pequeños
pero si pompas grandes. Pero aun así la ayude. Me pidió que no le dijera a
nadie, le dije que estaba bien, y me pidió que lo repitiéramos algún día. Le dije
que si pues si lo repetiría pues me dijo que nunca había tenido varios orgasmos
en poco tiempo. El caso es que así quedamos. Me Salí de su casa y me fui a un
hotel donde llame a un amante mío. Me habían quedado las ganas de ser penetrada.
Apenas llego yo esperando desnuda con las piernas abiertas en la cama le dije
que me lo metiera sin rodeos. Él se desnudó, se puso el condón y se aventó
arriba de mí cogiéndome, estaba bien caliente y aquel pene metiéndose lo sentía
exquisito, tanto era mi placer que me movía, gritaba, gemía, me retorcía, creo
que hasta le arañe la espalda. No tarde en tener un súper orgasmo. Sin posiciones
sin sexo oral, solo el sobre mí, yo con las piernas abiertas recibiéndolo, pero
por mis ganas que tenía tuvimos un rico sexo salvaje que hasta la vagina me
quedo rosada. Llegue a mi casa ya tranquila, preguntándome mi esposo como
estuvo la reunión, le dije que todo bien platicándole solo de lo que las amigas
comentaban.
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