6. KARLA unas anecdotas de la bella secundaria

Saludos. Pues les contare historias de la secundaria. Pues yo estaba en la secundaria en tercero sin más no recuerdo. En aquel entonces recuerdo que el maestro de historia era un morboso, era un señor de 45 años, medio calvo delgado. Le apodaban el burro cansado por la mirada siempre triste. Yo era pésima en la historia, que reprobé y me fui a exámenes de regularización. En el examen de regularización estábamos en el salón y la verdad no sabía nada de lo que venía en el examen. Estaba sentada en la parte de atrás para poder copiar, pero simplemente el maestro no me quitaba la vista de encima. Se acerco a mi cubículo y me dijo ¿no estudio señorita?, yo solo le sonreí. Pero me di cuenta que no me estaba viendo a mí, si no mis piernas. Después se fue a su escritorio pero siempre dando vueltas cerca de mí. Como era de esperarse todos terminaron primero que yo, quedándome sola en el salón presentando el examen. El se me acerco y me dijo que ya entregara, yo le suplique que me dejara un momentito más. Me dijo que si no había podido sacar el acordeón, le dije que no tenía ningún acordeón. Me dijo que normalmente las mujeres escribíamos las respuestas en las piernas, entonces le dije que si por eso me las estaba viendo mucho, para ver si tenía respuestas ahí, entonces arrime la falda mostrándole mis piernas, diciéndole ¡ve no tengo ninguna respuesta!. El solo se rio y se fue a sentar en su escritorio, eso sí sin quitarme la mirada de encima. Me dijo que me sentara enfrente de el para vigilarme que no confiaba en mí, yo sin decir nada así lo hice, pero el solo lo hizo para seguir mirándome las piernas de cerca. Fue cuando él se me acerco y me dijo -señorita quiere un diez, yo se lo puedo dar-. Yo le dije que claro que quería pasar con un diez. Fue cuando me dijo que si me portaba bien con él me daría un diez. Yo ya sabía lo que quería por lo que fui directa con el diciéndole, si usted quiere coger conmigo adelante, estoy de acuerdo. El me dijo que le así le gustaban las chavitas directas. Agarro mi examen y lo rompió, diciéndome que ya no era necesario que lo contestara. Metió su mano en mi blusa y empezó a jugar con mis pechos. Saco su pene y me lo puso enfrente diciéndome que se lo chupara. Yo le dije que alguien nos podía ver, el dijo que no me preocupara, que la puerta tenia seguro. Por lo que yo agarre su pene y lo empecé a chupar, lo metía todo en mi boca, hasta llegar casi a la garganta, después se lo lamiaba de abajo para arriba. El me decía que era la primera vez que se encontraba con alguien de mi edad que hacia el sexo oral como experta. Ahí supe que no era la única chavilla que lo había hecho con él. Después se metió el pene y me dijo que me veía en la bodega de la escuela. Donde nadie entraba y el tenia la llave. Después de cinco minutos de que el salió yo Salí hacia el encuentro. La escuela estaba vacía o al menos así se veía. Entre en la bodega y cerré la puerta. El estaba esperándome ya sin pantalones. Me dijo que me sentara en una mesa, cuando lo hice, el se acerco y empezó a acariciarme las piernas suavemente. Empezó a besarlas y a lamerlas lentamente subía hasta donde estaba mi vagina. Cuando llego ahí empezó a lamerme sobre mi ropa interior, luego lentamente me lo empezó a bajar. Cuando ya no tenía ropa interior. Me empezó a hacer sexo oral, de los mejores que me habían hecho, movía su lengua magistralmente, lamiando mis labios vaginales y llegando a mi clítoris, era una sensación muy placentera. Hasta el punto de yo tener un orgasmo. Me dijo que ya estaba suficientemente mojada, y en ese instante empezó a penetrarme vaginalmente, me metía y sacaba rápidamente su pene, mientras yo me aferraba a él arañando incluso su espalda. Me dijo que no gritara pues nos podían escuchar. Durante mucho tiempo estuvo asa metiendo y sacando. Después me inclino sobre la mesa y empezó a metérmelo analmente. Lentamente sentía su pene introduciendo en mi ano. Sus manos recorrían mi cuerpo mientras seguía penetrándome. Los dos estábamos sudando por el encuentro y por el calor que ahí hacia, pero todo era excitante. El decía que le encantaban los culos de niñas de quince. Pero que yo era la primera que lo movía muy bien. Aquel maestro se veía que era un morboso y no era la primera vez que hacia eso. Después de unos minutos el se corrió arriba de mis pompas. Me seguía acariciando, le dije que quería más. Pero me dijo que teníamos que irnos. El salió primero, me después de unos minutos yo Salí muy cuidadosamente. Así empezamos con los encuentros el maestro y yo. En la bodega de la escuela, en su casa cuando estaba solo o en hoteles. Sin embargo un día me tope con el papa de mi mejor amigo. Cabe aclarar que este amigo solo era eso un amigo. Que para colmo trabajaba en la misma empresa que mi papa, se ofreció llevarme a mi casa junto con mi amigo. Sin embargo en el camino lo dejo a él en unos cursos de natación y a mí me fue a llevar después. Fue cuando él me empezó a sermonear, que yo estaba haciendo cosas muy malas. Yo no sabía a qué se refería, fue cuando me dijo que no me hiciera la tonta que el sabia que me andaba acostando con mi maestro, que él nos había visto entrar a un hotel. Yo sentí que el mundo se me venía encima. Me dijo que mi papa tenía que decírselo a mi papá. Yo le empecé a suplicar que no le dijera nada, el no respondía nada. El paro el coche y siguió con el regaño. Fue cuando se me ocurrió utilizar mi último recurso después de agotar los demás. Rápidamente con gran agilidad lo sujete y me subí arriba del, quedando rostro con rostro en el asiento del conductor. Me dijo que estaba haciendo que alguien nos podía ver y se metería en problemas. Le dije que tenía dos opciones. Si seguía pensando en contarle a mi papa, la primera opción, yo empezar a gritar y que lo acusen de tratar de aprovecharse de una menor. (Simplemente estaba desesperada). O dos si no le decía a mi papa en vez de perjudicarlo, le podía dar un rico sexo. Le di un beso en la boca y le pregunte que quería la buena o la mala. El me agarro la cintura y bajo poco a poco hasta mis pompas, y me dijo que me quitara. Yo así lo hice, pero sin quitarle la mirada de encima. El se hacía del rogar diciéndome que no podía, ya que era amiga de su hijo, hija de su amigo y era una muchachita d quince años que podía ser su hija. Le puse la mano sobre su pantalón y empecé a frotarle sintiendo que su pene ya estaba erecto. Le dije que sabía que quería. Ahí mismo me quite la pantaletas y se lo puse sobre sus piernas, el señor estaba muy nervioso. Fue cuando dijo que estaba bien, que estaba súper excitado y que no lo podía evitar. Ya estaba oscureciendo él siguió manejando y se metió en una brecha con su coche, estaba solitario el lugar, cuando se detuvo de nuevo yo me subí arriba de el. El decía que esperaba no arrepentirse de eso. Yo le decía que no se arrepentiría jamás, mientras le desabrochaba la camisa. El me alzaba la falda y acariciaba mis pompas. Después me dijo que me pasara en la parte de atrás del coche, mientras yo me pasaba el se bajaba los pantalones. El de inmediato se fue encima de mí, acostados en la parte de atrás el inicio con la penetración. Lo hacía fuertemente, y desesperadamente. Después se y yo me subí arriba de el sentada dándole la espalda, el permanecía sentado mientras yo introducía su pene en mi vagina. Después subía y bajaba suavemente poco a poco subiendo la velocidad. El empezó a gemir de placer. Le dije que si quería probar anal, el me dijo ¿puedo hacértelo anal?, le dije que si, fue cuando empecé a introducir su pene en mi ano. Y ahí empecé a darle los famosos sentones yo era la que me encargaba de la acción, mientras él estaba sentado disfrutando. Me decía que su esposa nunca aceptaba analmente, y que estaba cumpliendo una fantasía. Le dije que yo le cumpliría todas sus fantasías. El dijo que ya estaba por correrse, pero yo no pare de mover mi trasero. Hasta que sentí que él se vació adentro de mi ano. Pero yo no deje de moverme, el decía que estaba delicioso. Después me acosté en el asiento. Y él empezó a besarme me dijo que ya no podía mas, que lo disculpara no era muy bueno en el sexo. Yo quede decepcionada. Por lo que solo respondía a sus besos así estuvimos un tiempo. Hasta que el decidió ya quitarnos de ahí. En el camino le pregunte si ya no le diría nada a mi papá. El dijo que no. pero preferiría que ya no nos volviéramos a ver, porque lo que habíamos hecho estaba mal. Yo no dije nada, pero de algo estaba segura, que cuando alguien me decía eso, yo siempre lo seducía para ver su control, y nunca se me escapaban. Tal vez vanidad no sé. Pero con el si tuve otros encuentros, aunque no queriendo el siempre terminaba accediendo.

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